Alameda San Marcos
Es otro bello paraje que atrae a familias de la comunidad y de la cabecera municipal que buscan áreas verdes o la sombra de los árboles para hacer convivios y días de campo. La hacienda de San Marcos, latifundio que una vez expropiado el 20 de Agosto de 1918, permitió el surgimiento del municipio de Bimbaletes (hoy Loreto). Esta funcionó como el resto de las haciendas que había en México, es decir: mediante un sistema rector de la vida rural y sustento para el desarrollo económico del país.
San Marcos como hacienda fincó su poderío en la explotación agrícola y ganadera a gran escala; la cual reportaba fuertes ingresos semanalmente durante todo el año y ese ritmo siguió hasta ser expropiada. Hoy en día, muy poco queda de aquellas grandiosas construcciones que le dieron a la hacienda de San Marcos el sello señorial de su grandeza. El profesor Enrique Ángel Reyes Valadez, cronista vitalicio de Loreto, relata que le llamó mucho la atención la alameda de San Marcos, por su tamaño, su simétrico plantío de álamos intercalados con robustos fresnos. En palabras de él ¡es única en todo el estado de Zacatecas! porque:
Si es primavera: existe un abundante follaje esmeralda.
Si es verano: hay fresco túnel de su sombra.
Si es Otoño: su natural lluvia de hojas forma una esplendorosa alfombra ámbar con sus caducas hojas.
Y si es invierno: sus altas, rugosas y retorcidas ramas asemejan suplicantes brazos que se elevan al cielo suplicando por lluvia para buenas cosechas.
¿Te imaginas lo hermosa que es?
Bueno pues lo cierto es que tiene una longitud de mil ochenta y tres metros; fue plantada el año de 1863, cuando el gobernador Severo Cosío expidió un decreto, obligando a dueños de ranchos y haciendas a plantar cien árboles por año, so pena de ser multados en proporción a los que faltasen para el centenar, y aclaraba que el pago de tales infracciones sería destinado a la educación pública.
La Alameda tuvo originalmente un solo un carril, y los primeros cuatrocientos
metros plantados con álamos canadienses intercalados con fresnos a una distancia de siete metros; después de éste, sólo álamos a la orilla del camino que conducía a Aguascalientes, por lo que fueron sus propiedades, tomando el rumbo del cerro de la Santa Cruz para llegar hasta Crisóstomos. De allí en adelante también los hacendados de Ciénega Grande, Santa María de Gallardo, El Tule y Cañada Honda hicieron sus plantíos. Ahora sólo quedan pequeños tramos que pueden apreciarse al tránsito de la carretera que conduce a la ciudad de Aguascalientes y que paulatinamente van desapareciendo.
El hacendado Genaro G. García, tan luego adquirió la propiedad, puso todo su
empeño en dar vigencia al mandato del gobernador Severo Cosío, dando mantenimiento a los árboles, reponiendo los que iban faltando e incrementando los plantíos, dejando para llegar a su finca una alameda de tres carriles (Reyes, 2012).